Fidel Gómez Madrid, 12/octubre/1.999
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- Tercera derrota liguera. Definitivamente, los aires de grandeza, si alguna vez nos rondaron, se fueron con el viento que azotó el estadio Calderón. Si a un equipo tan poca cosa en estos momentos como es el Atlético de Madrid no somos capaces de ahcerle un tiro a puerta, nos podemos olvidar de cualquier pretensión que no sea la de mantenernos. Y dejando pelos en la gatera.
- No vemos puerta. Eso es malo, y más si no se llega a tirar a gol. Ayer vimos dos concepciones futbolísticas diferentes. Hasselbaink tiraba a puerta desde cuarenta metros o menos. El Glorioso no tiraba. El holandés marcó -tras dos rebotes- y ganó el partido. Los albiazules volvieron a casa con el bolsillo vacío.
- El partido se fue desarrollando con un guión parecido al de Mestalla hace unas semanas: el Atleti salió dominando, tuvo alguna ocasión, pero poco a poco se fue diluyendo ante la presencia albizul de medio campo para atrás. Esta vez, sin embargo, no marcamos, si no que encajamos, y los tres puntos se esfumaron.
- Y hubo problemas serios... el Atleti plantó su defensa infinitamente lejos de Molina, con una línea trazada a la perfección tras la cual caían una y otra vez en fuera de juego los de Mané. El Glorioso no supo jugar contra ese tipo de defensa, y no fue capaz de sacar partido de los riesgos asumidos por los de Ranieri. Así se las ponían a Fernando VII, y el no tener recursos para doblegar este tipo de defensa es un error claro de planificación.
- Como error es -y así resultó- el colocar a Javi Moreno de interior. En su lucha por innovar posicionalmente el currículum de sus pupilos, Mané incluyó en el historial de Moreno un partido visto desde detrás de las posiciones de matador. Moreno, que tiene la negra, no rascó bola y dejó pasar una oportunidad más de marcar. Me pega que le quedan pocas.
- Salvo que Kodro se empeñe en que le expulsen. Sus codazos a Chamot fueron la única actuación que despertó algún tipo de emoción entre los alavesistas que estuvimos en el Calderón. Temimos que lo largaran y nos quedásemos con diez.
- Astudillo anduvo perdido, Pablo y Desio estuveron a un nivel inferior al mostrado otros días, Contra y Ribera también anduvieron flojillos... mal día bastante generalizado. Demasiadas facilidades para un equipo, el colchonero, que recibió bastantes pitos -Valerón puede pedir asesoramiento sicológico a Ibón Begoña- y que se salvó de rebote. Bueno, la victoria fue mericida: tiraron un poste y les birlaron dos penaltis.
- Ahora llega el momento de espabilar y de zurrarle a Rayo. El equipo se muestra inofensivo fuera de casa, lleva tres jornadas sin marcar y empieza a zambullirse en la clasificación. Un traspiés ante el Rayo resucitaría unos fantasmas que pensábamos estaban ya lejos de Mendi. Esperemosn que no vuelvan.
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