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Glorioso 3 - Valladolid 1: Notas personales tras el partido

04/3/2002 - 00:00 - Enviada por fidel
Por fin llegaron los goles, y por fin llegó la victoria. Hacía falta, porque el equipo amenazaba con caer en barrena si a la reacción vista en el juego en los últimos partidos -especialmente en Madrid y ayer mismo- no se le daba el premio de los puntos. No fue fácil, porque una vez más el rival se adelantó en el marcador, y porque una vez más los intentos de crear peligro ante la meta rival chocaban ante la defensa rival pero, sobre todo, ante lo complicado que lo hace a veces este equipo para encarar puerta.

Una vez más la creación tuvo que llegar en muchas fases del partido por vías alternativas a las que teóricamente mejor le van al equipo. Pablo volvió a ser el hombre más marcado del choque, lo que dio mucha responsabilidad creativa a Turiel, y el ex-pucelano aprovechó para lucirse en un partido en el que estaba muy motivado. Le tenía ganas el malacitano a su antiguo equipo, y algunas veces pareció incluso pasado de vueltas, lo que no impidió que hiciese posiblemente su mejor partido desde que está en el Alavés.

Otra opción usada con generosidad fueron los pases largos. A veces sin control, pero con la virtud de ahorrarle al balón toda la burocracia que se genera a veces en el centro del campo de este Alavés que no siempre parece mirar hacia adelante. Por esa vía rápida, tan inglesa, llegó incluso el segundo gol, en una combinación Coloccini-Geli.

Y también tuvo su sitio la inspiración de Pablo. En la ocasión en que tuvo más lejos a su marcador -por cuestiones reglamentarias, puesto que se trataba del saque de una falta- aprovechó el despista general vallisoletano para servir a Geli el tercer tanto. Más gloria para Geli, más gloria para Pablo.

¿Y los delanteros? Este equipo suele tener sus rarezas, y una de ellas es que los delanteros no parecen estar en el campo para marcar goles, sino para pelear, recibir de espaldas a puerta y no se sabe cuántas cosas más. Lo de tirar a gol, o lo de encarar la puerta contraria, hay días que parece que no está en el guión, sobre todo esos partidos en los que un solitario Rubén Navarro -un fijo, pese a todo- tiene que pasarse el día en una zona aislada del resto del equipo, cual cosmonauta ruso en la MIR. Ayer Mané recordó el pensamiento bíblico aquel de que "no es bueno que el hombre esté solo", y decidió colocar a Magno como hombre en punta junto con el Navarro catalán.Y la cosa funcionó. Otros días no lo había hecho, pero ayer las circunstancias quisieron premiar la perseverancia de Magno, un hombre que siempre busca la metar rival, a veces, eso sí, por carreteras secundarias. Magno desequilibró, a Navarro le anularon un gol legal... parece que el tándem funciona. ¿Será esa la solución a la sequía goleadora? De momento ayer casi hay inundaciones de gol en Mendizorroza.

Lo mejor de la victoria de ayer es que llegó en el momento justo para seguir manteniendo a los albiazules con opciones europeas. Quedan diez partidos, y el equipo se ha situado en el segundo escalón liguero, con el título un poco lejos pero con incluso la Champions a tiro de dos partidos. A falta de tres puntos para lograr los ansiados cuarenta y cinco, es el momento de sacar a relucir, incluso en público, la ambición. Por eso quisiera oir a alguien con mando en el cub decir eso de "vamos a por la liga". No les vamos a reprochar que no la consigan. Sí debiéramos el que no lo intenten.