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Alavés 0 - Zaragoza 2: La misma vieja historia

09/1/2006 - 01:22 - Enviada por fidel
El Alavés ha cerrado toda una vuelta sin conocer la victoria en su casa. Ante el Real Zaragoza se repitió por enésima vez el guión tantas veces visto en la presente campaña: los albiazules lo hicieron bien durante muchos minutos, pero no acertaron cara a la portería contraria y regalaron un gol que les hizo jugar contra el marcador. Los de Cos volvieron a ser el equipo amable hacia el rival, que amaga pero no da, que termina el partido en casa derrotado pero sin tarjetas, que prueba el sonido de los postes pero que no rompe las reglas de la hospitalidad incomodando a su huésped con la vulgaridad del gol. Diezmado por las lesiones, obligado a cambiar día a día un once que no es reconocible, con jugadores llamados a grandes objetivos convertidos en pequeñas decepciones, la escuadra gasteiztarra sigue siendo atropellada, semana tras semana, por la Primera División, una mala costumbre para los intereses alavesistas que no ha cambiado con el paso del año.

Esta vez la variante táctica vino con la ubicación de Carpintero en banda derecha, con Jandro en el eje de la medular, por delante de Juanito. Cos dejó en punta a Aloisi, con Nené flotando. Carpintero se desenvolvió con soltura en el lateral. El leonés dispuso de la primera ocasión del choque, al enviar al poste una volea que conectó, desde el borde del área de César. La claridad del juego albiazul por bandas, al menos hasta las inmediaciones del área maña, contrastaba con los problemas por el centro, con Jandro ralentizando la bola, y Aloisi perdiendo una y otra vez la guerra con la zaga zaragocista, a la que simplificaba grandemente el trabajo la presencia de una sola referencia atacante por parte albiazul. El Alavés controlaba el juego, y el Zaragoza intentaba hacer salir de su sitio a los albiazules cuando recuperaba la pelota.

César se lucía, mediada la primera mitad, a saque de falta de Nene. El brasileño, Carpintero y Aloisi tenían sus ocasiones, mientras que el Zaragoza solo despertaba al final con un remate de Oscar que salió desviado por poco. En los últimos minutos de la primera parte, el Zaragoza reclamó penalti por una entrada de Pellegrino a Milito que pareció fuera del área, mientras que el Alavés pidió, ya en el descuento, otra pena máxima por mano de Alvaro a centro de Nené. Ambas situaciones no merecieron consideración por parte del colegiado.

En el inicio de la segunda mitad llegó la jugada tonta del partido: el balón, sacado por el Alavés, llegó a Juanito, que perdió el balón ante la presión maña. La bola, recuperada por Ewerthon, acabó en los pies de Diego Milito, que batió a Costanzo a los once segundos del saque de centro. Una de esas jugadas que no se ven nunca, que se cuentan a los nietos y que excitan la creatividad de los compositores de juramentos varios. Con el 0-1 en contra, el Alavés tuvo el control de la pelota e intentó buscar el empate, desplegando algunos momentos de presión y buen fútbol sobre un Zaragoza cómodo. Nene lanzó un servicio de falta a la escuadra de la meta zaragocista, donde la mano de César apareció para salvar a su equipo. Aloisi tuvo también un par de ocasiones con el balón en el área chica, pero no acertó a rematar. La entrada de Bodipo y Wésley propició cambios de posiciones pero no mejoró el rendimiento albiazul.

Y ya cerca del final, lo que llegó fue la puntilla en forma de gol de Ewerthon, que culminó una combinación del ataque maño. Los zaragocistas dispusieron de otra ocasión clara cuando tuvieron un contraataque de cuatro contra dos, pero el remate de Milito se fue alto. Tras el 0-2, el Alavés se desordenó y, aunque continuó buscando el tanto, lo hizo de forma poco clara, sin poner en peligro la victoria zaragozana, una más de las logradas por los equipos visitantes en un campo en el que los guiones de los partidos parece que se calcan de un partido a otro, y en el que no se sabe aún lo que es un final feliz.