por Mikel Sagarduy
20/10/00
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El R.C.D Espanyol atraviesa una crisis institucional de enormes dimensiones. Que uno recuerde es la segunda de su historia y casualmente ambas se condensan en los ultimos tiempos, a pesar de sus 100 anos de existencia.
Es evidente que cuando estas circunstancias presiden el día a día de un club la inestabilidad se transmite y llega a la plantilla afectándole en su rendimiento.
El Espanyol lleva muchos años viviendo por encima de sus posibilidades. Cataluña solo se identifica con el Barça y la escasa masa social periquita
proviene de algunos barrios periféricos como Hospitalet.
La permanente ambición espanyolista ha sido imitar el poderío del Barça, pero siempre de una manera artificial, intervenido el club por varios mecenas con intereses habitualmente contrapuestos.
Acumulada una gran deuda, vendieron Sarrià. La dolorosa venta de su campo de siempre únicamente sirvio para paliar momentáneamente sus acuciantes debidos y para desarraigar, aun más, a una afición que se vio obligada a peregrinar a un campo extraño, Montjuïc, que no se hizo para jugar al fútbol y que uno allí se siente permanentemente en pretemporada.
La venta de Sarria no vino acompañada con una nueva política de gastos y de
fichajes, y hoy es el día en que deben otros 5500 millones de pesetas.
La temporada pasada y la anterior, apostaron por M.A.Brindisi. Al argentino, viendo lo que se le venía encima la club, lo eligieron para que hiciese uso de una buena pero desaprovechada cantera. Subieron Sergio, De Lucas, Lopo, Argensó, Soldevilla, Iván Díaz, y entre otros más repescaron a Tamudo.
Algo cambiaba en el club y además los resultados deportivos parecían no
resentirse. Pero al primer bajón lo destituyeron y con esa decisión quedó
patente la decisoria errática de sus dirigentes.
Llegó Paco Flores y a pesar de que ganaron la Copa del Rey le trajeron a
Oscar por 800 millones, a Aganzo por 400 y renovaron a Galca compitiendo con
varios eqipos italianos que tras la Eurocopa se lo quisieron llevar. De tal
forma que se ven abocados a vender a su máxima estrella después de que hace
un mes dijeran que era intocable. Ridículo , desilusión, malestar y bajo
rendimiento deportivo es la resultante de las continuas turbulencias
directivas que desde la lejanía no acierto a entender.
En el plano estrictamente deportivo cabe destacar su mal momento de juego y
resultados. El Espanyol es un equipo de indudable calidad técnica pero con
grandes problemas para encontrar el gol. El esquema táctico más habitual de Flores lo conforman cuatro hombres en defensa: Cristobal, Nando, Rotchen, Roger; dos volantes por delante: Galca y Sergio; tres mediapuntas: Velamazán, Oscar y Arteaga y arriba un hombre sólo Manel o Serrano.
El mal comienzo, la necesidad de empezar a puntuar, pero sobre todo la
falta de los olímpicos Velamazán y Tamudo han mediatizado a un equipo que
llega bien a los últimos metros, pero que depende en exceso de la
inspiración de sus mejores individualidades.
El principal problema del Glorioso será tener paciencia para romper el esquema de un equipo que vendrá a por el punto desde el inicio con la esperanza remota de poder hacer algún contragolpe que les de la victoria.
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