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- Por fin terminó la mala racha. Por fin se consiguió una victoria en el 99. Ya era hora. Y eso que el inico del partido ante el Tenerife no presagiaba precisamente esto cuando los chicharreros se adelantaban en el marcador. En ese momento, vi fantasmas en la grada de Mendizorrotza. Fantasmas, tensión, nerviosismo e incluso miedo. Menos mal que el Tenerife se ha convertido en el bálsamo de los vitorianos. Fue el primer match ball salvado por el Deportivo Alavés. No es definitivo, no mucho menos, pero si un pequeño respiro. Habrá más bolas de partido.
- La victoria de ayer creo que signigfica mucho. Terminar con una serie de derrotas desesperadas , recuperar la moral de un equipo que en los últimos partidos había mejorado en juego pero no en resultados, y un tercer factor, para mi el más importante, saber que se puede remontar un resultado adverso, algo que muchos dudábamos.
- Pese al mal inicio quiero destacar que el planteamiento del partido fue por fin valiente, y a los valientes normalmente se les hace justicia. Eso fue lo que demostró el Deportivo Alavés ante el Tenerife. A base de no perder la fe, no desesperarse y buscar la meta rival, en esta ocasión mal defendida por el Mono Montoya. Que no se me interprete mal con el tema de la valentía. No considero a Mané un entrenador valiente. Sí lo considero fiel a sus ideas. La valentía de la que hablo la asocio al hecho de sacar inicialmente a Salinas, Magno, Vitamina y Sívori juntos. Creo que esto se debió a la necesidad de conseguir los puntos, no a la filosofía de Mané. Porque quiero recordar que con 2-1 volvió a intentar nadar y guardar la ropa. El cambio de Magno, luego justificado por el propio jugador, al parecer cansado, no gustó al respetable, que manifestó su discrepancia con una sonora pita. Por lo tanto, que no se me interprete mal el concepto de valentía.
- Quizás el Deportivo Alavés no debió de pasar los apuros y los sufrimientos que pasó si Mejuto hubiera dado como válido un gran gol de Iván Rocha. Como diría Mc Enroe en aquel anuncio, "la bola entró". Pero ni el trencilla ni el auxiliar -que no era Rafa- lo vieron. Como tampoco vio Mejuto un claro penalti a Sívori en la segunda parte. El árbitro falló en esas dos jugadas clave. El equipo vitoriano, pese a ganar, volvió a pasar apuros en el juego aéreo. Una jugada de este tipo estuvo a punto de dar al traste con la victoria, tras un remate de Lussenhoff.
- Echamos la vista atrás y me remonto al minuto 31, cuando Juanele, tras un fallo defensivo, marcó el 0-1. Este gol picó el amor propio vitoriano, y a base de dos jugadas de coraje, el de Sívori en el primer gol, y el de Salinas en la jugada del penalti que originó el segundo, los albiazules remontaron un partido que de haberse perdido hubiese hundido al barco alavesista.
- Tras el 2-1, como siempre, a conservar. Esta vez salió bien, porque entre otras cosas, el que tuvo retuvo, y en este caso, Julio Salinas volvió a dejar patente su clase y dio el tercero a Berti. Está claro que Salinas está mejor que hace un mes. El italiano, el brasileño Magno y Pablo no tuvieron más que empujar el balón a la hora de hacer los tantos. Fue lo sencillo. El mérito, lo difícil fue la realización de las jugadas.
- Como dije antes, esto solo es un pasito. No significa nada, solo cumplir con el trabajo. Lo contrario lo estaríamos aún lamentando. Ahora son los chicharreros los últimos de la fila. ¡Quién lo diría, con ese presupuesto y esa plantilla estar tan abajo!. Para el Deportivo Alavés quedan muchas más finales. El domingo, ante el Racing, la siguiente.
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