Las cucarachas y las opciones por explorar

Me hace gracia todo el asunto este de las cucarachas y la que se ha liado después. Después de no haber sabido hacerle gol al Madrid durante una hora, nos encontramos con una celebración tan estúpida como otras muchas de las que se suelen hacer tras un gol, lo que produce un enfado notable entre algunos seguidores albiazules, unas declaraciones políticamente incorrectas de Piterman y una reacción cercana al ultraje por parte de algunos medios sensacionalistas de Madrid. Impresionante cadena de acontecimientos, grandiosa tormenta en un vaso de agua, didáctico ejemplo de lo estúpido que puede llegar a ser a veces el metafútbol.

Vayamos por partes, empezando por lo importante. El Alavés disputó ante el Real Madrid el partido más cómodo en lo que va de temporada. Los blancos no tienen la capacidad futbolística del Barça que nos hizo respetar a Bonano y amar apasionadamente a los postes. Presionaron lo justito, dejaron siempre vías de escape al balón cuando el camino hacia adelante llegaba a su fin. Su defensa parecía vulnerable a nuestra velocidad. Es el partido tácticamente más sencillo que ha tenido el Alavés delante en meses. Se trataba simplemente de meter un gol y no meter la pata. Pero nuestro equipo no anotó, pese a que tuvo ocasiones claras y tiró a puerta en repetidas ocasiones. Llegó el rechace tonto del partido y el delantero de ellos la clavó. Podía pasar, ya que la diferencia entre lo que ganan unos y otros viene dada por la capacidad que tienen unos y otros de resolver. El partido seguía siendo, sin embargo, relativamente sencillo desde el punto de vista táctico. Si puedes llegar bien a las inmediaciones del área pero no puedes pasar de ahí, el cambio parecía cantado: que entre el que tira bien de lejos, Wésley por ejemplo. Cos optó por dar entrada a Arthuro, una opción que, por repetidamente ineficaz, está empezando a quemar al jugador. El partido se acaba perdiendo con el segundo gol del Madrid.

Aquí empieza la segunda parte de la historia. Tres jugadores del Madrid, negros ellos, se ponen a patalear panza arriba sobre el césped. Cuando lo vi en el campo pensaba que estaban pataleando como bebés, y que estaban celebrando algún bautizo o similar. Pero resulta que no, que están haciendo la cucaracha, otra tontería más de las que se suelen hacer tras marcar un gol. Y alguna gente -con la piel bastante fina, todo sea dicho- se mosquea, supongo que porque a nadie le gusta que le metan el 0-2 cuando el partido se ha tenido controlado y que no se ha sido capaz de resolver.

Uno de los que se mosquea es el presidente del club, que reacciona con unas declaraciones ciertamente fuera de lo común, pero que hubiesen pasado desapercibidas si las hace tras un, por ejemplo, Alavés B - Cultural Leonesa. Este tipo de situaciones encantan en determinados ámbitos sensacionalistas -pocos en este entorno no lo son, todo sea dicho de paso- y volvemos a estar en boca de todos. Es ya un tópico el decir lo de que a Piterman le encanta dar la nota y estar en los papeles, pero me parece a mi que a los papeles tampoco les viene mal el que Piterman haga o diga cosas inusuales.

Con independencia de cucarachas del tipo que sea, lo importante es lo que pasó en el campo. El Alavés volvió a poder ganar, pero perdió. Falta acierto cara al gol, faltan también opciones tácticas, no se hacen lecturas correctas de los partidos en determinados momentos... queda confiar en la capacidad de aprendizaje que este cuerpo técnico mostró la pasada campaña, y en la calidad de un equipo que parece ofrecer más opciones de las que se están utilizando. Santander es un buen sitio para empezar a espabilar, porque me da vergüenza publicar los datos del Salvómetro, la verdad.